TALLER DE ESCRITURA DE CUENTOS
…como lo prometido es deuda…aquí os dejamos el cuento
que resultó del taller realizado por el contador José Arias, Pepín.
El marciano, la niña y
el gato.
A nosotros nos contaron que una
niña de nueve años pasaba el verano en el pueblo de sus abuelos. Una tarde,
Mar, que así se llamaba la niña, se dio cuenta de que su gato había
desaparecido. Lo buscó por todas partes, y como no lo encontraba, decidió salir
a buscarlo al bosque cercano.
Ese mismo día,
un joven marciano, llamado Fron, sobrevolaba la región con su platillo volante
a pedales. Su primera misión consistía en llevar a su planeta muestras de vida
inteligente de la Tierra. Y
ocurrió que el primer ser vivo que divisó desde el aire fue el gatito perdido.
El marciano redujo su velocidad dando pedales hacia atrás y aterrizó en un
claro del bosque.
El gato Terrón
contemplaba con la boca abierta el aterrizaje de la extraña nave. Pensó en escapar,
pero se quedó paralizado al ver descender de la aeronave al marciano. Fron era de
color verde limón, redondo como un globo, con un sólo ojo, cuatro brazos y tres
pies. El marciano aprovechó para coger el gato en sus brazos y muy satisfecho
se dirigió de vuelta a su platillo.
Justo en ese momento, llegó Mar
al claro del bosque.
-
“¡Terróoooon!” - gritó al ver a su gato en
brazos de un extraterrestre, que trataba de llevárselo.
Fron detuvo sus pasos alarmado
por el grito (los marcianos tienen los cinco oídos muy finos, así que el grito
le resultó casi doloroso) y se giró sobre sus tres pies. Al ver los lagrimones
que corrían por las mejillas de la niña, los dos corazones de Fron se
enternecieron. No le quedó más remedio que abrir sus brazos y dejar al gato
regresar con Mar.
En cuanto tuvo a Terrón en sus
brazos, Mar dejó de llorar y se quedó mirando fijamente al marciano. Sintió que
una voz hablaba en su cabecita y le decía:
-
“Lo siento, no pretendía asustarte”.
Mar supo que la voz era del marciano, y, aunque muy
sorprendida, se atrevió a preguntar:
-
“Si no querías asustarme, ¿por qué querías
llevarte a mi gato?”
Fron respondió:
-
“Buscaba un ser vivo para llevarlo a mi planeta
y estudiarlo. Pero, ahora que lo pienso…”.
Mar vio que el marciano se acercaba hacia
ella, pero por alguna razón no sintió miedo. Cuando Fron ya estaba a su lado,
sacó un pequeño frasquito y, señalando una lágrima que aún se encontraba en el
rostro de Mar, le preguntó:
-
“¿Me permites que me lleve algo de ese agua que
te ha salido de los ojos?”.
-
“¿Una
lágrima? Claro que puedes cogerla” – respondió la niña.
-
“Perfecto”, dijo Fron sonriente mientras recogía
el precioso líquido.
Mientras se daban un abrazo de despedida, Fron le explicó a
Mar:
-
“Yo procedo de una civilización muy avanzada de
otro planeta. Hemos visto cómo el hombre contamina el aire, el mar y la tierra.
Y queremos ayudaros antes de que sea demasiado tarde. La información contenida
en una lágrima de amor de una niña será muy útil para los científicos de mi planeta.”
Mar y Terrón contemplaron por una
ventanilla del platillo la esforzada cara de Fron mientras pedaleaba para
despegar. Los tres sentían que se volverían a ver. Y así ocurrió. Pero eso será
otra historia.
http://joseariaspepin.blogspot.com.es/p/talleres-creativos.html
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