Pimientos del Padrón

Había otra vez en un país muy cercano en el que un niño muy fino se llamaba Aladino. Él iba recorriendo su reino en un camello para encontrar a Blanca Nieve, una chica saludable y hermosa que tenía una amiga de piel como chocolate llamada Caperucita.
Aladino era un chico famoso que era conocido por el libro de: Aladino el que tenía catarro y tos y la abuelita del coyote que siempre la llamaban así por su conocida frase:
-¡estoy de ti hasta el cogote!
Blanca Nieve era tan guapa que todo el mundo decía``!que concurse en Miss primor!”
Pero ella contestaba “ la gente se reirá y me tirará tomates”.
Blanca nieve, Caperucita y Rapuncel, su nueva amiga que era calva y se llamaba pimiento porque sus favoritos eran los de padrón.
Aladino se casó con Blanca Nieve y nombraron a Caperucita princesa;
Rapuncel, se tiró de una torre y se rompió la cabeza.
La madrastra de Rapuncel, que por cierto se llevaban muy bien, furiosa a un charco se metió y loca de rabia chapoteó y chapoteó.
Blanca Nieve y Caperucita para jorobar a Rapuncel en la boda de Aladino y Blanca Nieve en la cena de la boda no faltaron los pimientos del padrón..

Texto e ilustración:
Lidia García Andrés
Miriam Álvarez Moratiel
Carmen García Llamera
Biblioteca Municipal Parque de los Reyes

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