La Fragua, de Antonio Morala

11:23 Red de Bibliotecas Municipales de León 1 Comentarios

LA FRAGUA

Relato dedicado a Ovidio García, Herrero de Matueca de Torio.
Que tuvo Herrería y Fragua en Palazuelo de Torio.(León)
Autor: Toño Morala


El hierro sabe quién le trata con manos artesanas, con sentimiento del trabajo bien hecho; sabe que los golpes son tránsito para ayudar a la sobrevivencia del ser humano. De esa manera, sabe que no acabará en el montón de la chatarra; sabe que hoy es el protagonista junto a Ovidio, el Herrero de Matueca de Torio.


Golpe a golpe, silencio a silencio, en la fragua se van componiendo las herramientas y útiles de labranza;inventando las formas para morir más tarde y ganarle alguna batalla a la vida.


El abuelo Antonio había enseñado todo a Ovidio desde niño. Coger largo el martillo, golpes firmes y secos; le había enseñado el ritmo del aire en el fuelle, a tapar la boquilla con una pepita para asestar un rojo intenso sutil y perfecto al hierro, y así trabajarlo a su antojo.


Dar forma a la reja del arado romano, sacar puntas del desgaste de la dura tierra.


Horas de brazos partidos y manos rotas, horas de remaches y afilados en la piedra de pies cansados y agua tibia. De vez en cuando había que engrasar la badana del fuelle con manteca de caballo sin sal, los pliegues de la badana así no se resentían.


Sobre el suelo de tierra el tajo de roble, y sobre él, el yunque de dos cuernos sin ninguna embestida. Sobre el plano y con la tenaza apretada, la reja al rojo vivo; sobre el redondo, la herradura del caballo, al lado, el cubo de agua fría para dar un respiro...


o templar con sabiduría.



Fuera , la contienda con el potro, ahí no se movía la mula, ni la vaca...se herraba a conciencia para un trimestre de dura supervivencia. Llaman a hacendera, ahí Ovidio toma la forma de la luna y afila y rehace los hociles, las hoces, las azadas...todos a una y a la olla y a la bota de vino; llega la primavera; la carbonera se va quedando sin carbón vegetal y mineral; Ovidio mira el banco de trabajo y su herramienta hecha a conciencia; tenazas largas curvas y rectas, cortafríos, punteros, claveras, tajadera...Otro día de tertulia y trabajo...formones,orejas, navajas y forja artesana...cierra el ventanuco y la puerta para que descanse la fragua...que Ovidio es mucho Ovidio y le sobra templanza.


Y así pasó la vida entre mazas y martillos, fragua y duro trabajo...el Herrero que hacía hablar al hierro y que nunca se quejaba.

1 comentarios:

Ramiro dijo...

Un relato que hace saborear el paso del tiempo pasado, el paisanaje... Su autor un poeta también en la prosa.