Ceniciento y el ordenador encantado
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Había otra vez un jovencito de nombre Lucho José, al que llamaban Ceniciento porque era muy, muy pijo. Lucho José iba un día caminando por la calle Diamante en la que vivían muchos ricos. Se encontró con un CD en una esquina y se fue a su casa o, mejor dicho, a su “palacio”. Una vez allí probó el CD.En la pantalla del ordenador aparecieron estas palabras:
-Si pides tres deseos te serán concedidos y además me liberarás. Soy el genio aburrido.
Entonces Ceniciento escribió:
-Quiero tener una novia, ser rico y conocer a famosos.
El ordenador se sacudió y salió el supuesto “genio aburrido” que era Rapuncel. Rapuncel, que era muy fea, le dijo:
-¡Yo seré tu novia¡
Pero Ceniciento no quería porque era muy fea. Ella protestó porque Ceniciento había pedido una novia al genio, pero no especificó si tenía que ser guapa o fea. Pero como Rapuncel tenía poderes mágicos se convirtió en Anastasia y como ahora era muy guapa, Ceniciento se enamoró. Y el día de la boda Ceniciento estrenó un traje tan blanco como la sal ¡Y Anastasia bailó una jota con zapatos de cristal!
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Texto e ilustración:
Jorge García Llamera.
Celia García González.
Raquel Díez Llamazares.
Biblioteca Municipal Parque de los Reyes
Raquel Díez Llamazares.
Biblioteca Municipal Parque de los Reyes
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